lunes, 1 de junio de 2009

TRIBUNA: MARIO VARGAS LLOSA

Domingo, 14/12/2008, 16:33 h

 El poder y el delirio

PIEDRA DE TOQUE. La biografía de Hugo Chávez escrita por el ensayista mexicano Enrique Krauze muestra un personaje más complejo de lo que se piensa. El venezolano está abrasado por el patriotismo y el culto a Bolívar

 MARIO VARGAS LLOSA 14/12/2008

 Quienes consideran al comandante Hugo Chávez un ser primitivo y superficial juzgándolo sólo por sus apariciones televisivas, en las que derrocha truculencia, demagogia, vulgaridad, diatribas y jerga, se llevarán una sorpresa leyendo el libro que el historiador y ensayista mexicano Enrique Krauze ha dedicado al presidente venezolano: El poder y el delirio. En su intenso rastreo, Chávez aparece, desde adolescente, antes de ingresar al Ejército, como un joven abrasado por una pasión subversiva y patriótica, que practica el béisbol con éxito y devora libros de historia de su país, biografías de sus héroes y escudriña sin tregua la vida y proezas de Bolívar a quien profesa un culto religioso y sueña con emular.

Los hombres fuertes y los caudillos acarrean peores males que los que pretenden remediar

 Lo más sólido de la intelectualidad venezolana milita en las filas de la oposición

Hugo Rafael Chávez Frías

Hugo Chávez

A FONDO

Nacimiento:

28-07-1954

Lugar:

Sabaneta

 














más tarde, ya de oficial, experimentará una singular conversión a la ideología y los designios revolucionarios de los guerrilleros a quienes ha sido enviado a combatir a la región de Anzoátegui. Allí, en los setenta, leyó un libro que, según Krauze, cambió su vida: El papel del individuo en la historia, del padre del marxismo ruso, Gueorgui Plejánov. A partir de entonces, mezclando reflexiones propias con lecturas de Marx, Lenin y panfletos revolucionarios latinoamericanos, al mismo tiempo que a su devoción por Bolívar añadía la fascinación por Fidel Castro, irá construyendo su peculiar ideología, una alianza de militarismo, marxismo y fascismo, en el que el eje y motor de la revolución es el héroe epónimo, entendido éste en la acepción carismática y trascendental que le atribuyó Carlyle en su libro (tan admirado por Hitler) De los héroes y el culto de los héroes. Todo esto ocurre en el secreto, claro está, pues el Ejército del que forma parte Chávez se halla en aquellos años identificado con los gobiernos democráticos de Venezuela y empeñado en una lucha difícil contra las guerrillas que, apoyadas por Cuba, han abierto varios frentes de lucha en el interior del país. Dentro de sus filas, Chávez forma sociedades secretas y conspira ya entonces preparando la toma del poder mediante un golpe, algo que sólo intentará, fracasando en el intento, años más tarde, en 1992, durante el segundo Gobierno de Carlos Andrés Pérez.

De manera que cuando el comandante Chávez sube al poder, en 1998, ungido por los votos de los electores venezolanos, está lejos de ser un improvisado. Va a poner en práctica un proyecto político y social que irá puliendo y radicalizando desde el gobierno, pero que ya le rondaba la cabeza desde su juventud. Ésta es también una tesis que hace suya el ex presidente boliviano Jorge Quiroga, para quien Chávez es un astuto estratega que, detrás de sus extremos histriónicos, va edificando sin prisa ni pausa y a golpes de chequera -de petrochequera- un imperio continental estatista, totalitario y caudillista. Este proyecto, dice Krauze, aunque se promueve a sí mismo con una retórica revolucionaria y marxista, tiene, por su componente militarista, vertical y sobre todo el culto irracional del héroe, una entraña fascista, y su semejanza mayor, en América Latina, son Perón y el peronismo.

Uno de los aspectos más interesantes de la investigación de Krauze es mostrar la influencia que ejerció sobre Chávez un pintoresco personaje de híbrido prontuario, Norberto Ceresole, peronista, profesor de la Escuela Superior de Guerra en la URSS, representante de Hezbolá en España, antisemita y neonazi militante, autor de libros de geopolítica que negaban el Holocausto. Luego de haber estado vinculado a la dictadura militar de izquierda del general Velasco Alvarado en el Perú, Ceresole se convirtió en asesor y panegirista del comandante Chávez, a quien acompañó en sus giras por el interior de Venezuela.

El poder y el delirio es un libro muy ameno, compuesto de ensayo histórico, reportaje periodístico, documento de actualidad y análisis político. Traza un animado fresco del pasado inmediato venezolano, donde encuentra las raíces secretas de la crisis que abrió a Chávez las puertas del poder en el deterioro, despilfarro y corrupción en que degeneró una democracia que, a la caída de la dictadura de Pérez Jiménez, y con el Gobierno de Rómulo Betancourt había abierto un período, ejemplar en ese momento latinoamericano, de libertades públicas, fortalecimiento de las instituciones civiles y de la legalidad, a la vez que de intensa preocupación social.

Con justicia, Krauze llama a Betancourt "la figura democrática más importante del siglo XX en América Latina", pues no sólo impulsó la libertad en su país sino luchó sin desmayo contra todas las dictaduras, de Trujillo a Fidel Castro, que mantenían al continente en el atraso y la barbarie. Si la llamada "doctrina Betancourt" que quería comprometer a todos los gobiernos democráticos del continente a romper relaciones y a acosar diplomáticamente a todo régimen de facto hubiera prosperado, otra sería la suerte política de América Latina en la actualidad. Por eso fue atacado con ferocidad sin igual por los dos extremos y se salvó de milagro de los varios atentados contra su vida. Krauze tiene razón: Rómulo Betancourt fue un demócrata cabal, un estadista honrado y lúcido, y si todos los gobernantes que lo sucedieron hubieran seguido su ejemplo jamás hubiera surgido en Venezuela un fenómeno como el de Chávez. Por desgracia no fue así y, al igual que en otras democracias latinoamericanas, la ineficiencia y la corrupción que vinieron después hicieron que grandes sectores sociales, frustrados en sus anhelos, se dejaran seducir por los cantos de sirena revolucionarios. Y, ahora, mientras luchan por recuperar la democracia que perdieron, aprenden (¿aprenden, de verdad?) que el sacrificio de la libertad es siempre inútil, pues los hombres fuertes y caudillos acarrean siempre peores males que los que pretenden remediar.

En los animados diálogos y mesas redondas y entrevistas con intelectuales venezolanos de distintas tendencias que acompañan el ensayo de Krauze, se despliega toda la complejidad de la situación actual en Venezuela, y queda claro que hay criterios muy diversos entre los análisis que hacen distintas figuras de la oposición, de un Teodoro Petkoff a un Germán Carrera Damas o a un Simón Alberto Consalvi, para explicar el fenómeno Chávez. Pero lo que surge de todo ese rico material polémico es algo que resulta muy alentador: lo más graneado y sólido de la intelectualidad venezolana, sea de izquierda, de centro o de derecha, milita en las filas de la oposición democrática al régimen caudillista de Chávez y trabaja para impedir que el proyecto autoritario cancele los espacios de libertad que aún sobreviven. Y todos parecen coincidir en la convicción de que esa lucha por la libertad debe ser pacífica, de ideas y principios, y electoral. Esta es la primera vez en la historia de América Latina en que un régimen "revolucionario" no ha conseguido reclutar a un solo artista, pensador o escritor de valía y más bien se las ha arreglado para ponerlos a todos ellos en la oposición. Vale la pena subrayarlo y celebrarlo porque lo cierto es que hasta ahora todas nuestras dictaduras, sobre todo si eran de izquierda, han tenido cortesanos intelectuales, y a veces de alto nivel.

No es menos extraordinario que en la resistencia a Chávez militen, en la vanguardia, los estudiantes universitarios, en su gran mayoría, y sobre todo los de las universidades públicas, es decir, los de origen social menos próspero. Enrique Krauze entrevista a varios de ellos y hace un perceptivo examen de las razones que han llevado a los jóvenes venezolanos a rechazar la supuesta "revolución socialista del siglo XXI" y a movilizarse, en diciembre del año pasado, contra el intento del régimen de Chávez de legitimar su eternización en el poder mediante un plebiscito. La derrota que allí experimentó el régimen, por primera vez, es una fecha histórica, porque desde entonces ha cambiado la correlación de fuerzas, y ello ha quedado demostrado el pasado 23 de noviembre, con los resultados de las elecciones en las que la oposición conquistó los cinco Estados principales del país y un gran número de alcaldías. No creo que sea wishful thinking predecir que desde ahora, y aunque ello tome tiempo, Venezuela dejará de retroceder hacia el autoritarismo pleno y avanzará de nuevo hacia una democracia renovada, enriquecida por la experiencia y vacunada contra los errores que engendraron la anomalía de la que ahora trata de emanciparse.

© Mario Vargas Llosa, 2008. 

© Diario EL PAÍS S.L. - Miguel Yuste 40 - 28037 Madrid [España] - Tel. 91 337 8200

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 http://www.elpais.com/articulo/opinion/poder/delirio/elpepiopi/20081214elpepiopi_13/Tes

viernes, 22 de mayo de 2009

Juan Manuel Roca obtiene el Casa de América de Poesía


Crítico de arte y periodista, además de poeta, se ha impuesto con su poemario 'Biblia de pobres'

EUROPA PRESS 

 

 

El poeta, crítico de arte y periodista colombiano, Juan Manuel Roca, ha ganado la IX edición del Premio Casa de América de Poesía Americana con su poemario Biblia de pobres, que presenta un "gran dominio formal, sólida estructura y variedad de registros", según indicó el jurado del galardón. Roca, que ha obtenido numerosos galardones por su trayectoria profesional, cuenta con el Premio Nacional de Poesía Ministerio de Cultura 2004, el Premio José Lezama Lima otorgado por la Casa de las Américas y el Premio Poetas del Mundo Latino Víctor Sandoval en 2007.

 


Colombia

 

Colombia

 

A FONDO

Capital:

Santa Fe de Bogotá.

Gobierno:

República.

Población:

45,013,672 (est. 2008)

 

















El jurado del Premio estuvo presidido por la nicaragüense Gioconda Belli, e integrado por los españoles Julia Escobar, Luis García Montero, Andrés Pérez Perruca, Benjamín Prado y Ana María Rodríguez-Arias. Roca nació en Medellín en 1946. Trabajo durante diez años, primero como coordinador y luego como director, del Magazín Dominical de El Espectador. En 1997 recibió el doctorado Honoris Causa en Literatura por la Universidad del Valle.

Ha obtenido el II Premio Nacional de Poesía Eduardo Cote Lamus en 1975, el Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia en 1979, el Premio Mejor comentarista de libros Cámara del Libro en 1992, el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar en 1993, el Premio Nacional de Cuento Universidad de Antioquia en 2000, El Premio Nacional de Poesía Ministerio de Cultura en 2004, el Premio José Lezama Lima otorgado por la Casa de las Américas, Cuba 2007 y el Premio Poetas del Mundo Latino Víctor Sandoval, México 2007.

 

Su bibliografía

Obra poética: Memoria del agua(1973); Luna de ciegos (1975); Los ladrones nocturnos (1977); Señal de cuervos (1979); Fabulario real (1980);Ciudadano de la noche (1989, 2001, 2003); Pavana con el diablo (1990);Prosa reunida (1993); La farmacia del ángel (1995); Tertulia de ausentes(1998); Teatro de sombras con César Vallejo (2002); Un violín para Chagall(2003 y 2004); Las hipótesis de Nadie(2005 y 2006); El ángel sitiado y otros poemas (2006); y Testamentos (2008).

 

El poeta colombiano Juan Manuel Roca

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El poeta colombiano Juan Manuel Roca- CASA DE AMÉRICA

 

Lea en la 'web' de la Casa de América poemas de Juan Manuel Roca


© Diario EL PAÍS S.L. - Miguel Yuste 40 - 28037Madrid [España] - Tel. 91 337 8200

© Prisacom S.A. - Ribera del Sena, S/N - Edificio APOT - Madrid [España] - Tel. 91 353 7900

 

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Juan/Manuel/Roca/obtiene/Casa/America/Poesia/elpepucul/20090521elpepucul_12/Tes

 

 

 

Antioración

 

(Un reclamo por los poetas)

Ni aunque me dotaras con la lengua
Y el tacto del Rey Salomón,
Ni aunque me dictaras un bello Cantar 
Que abreve en labios de alguna moabita,
Ni recibiendo en dádiva a la hija del Faraón,
Ni por un caballo negro 
Que chapotee en la lluvia
Y piafe bajo un cielo de olivos,
Ni por la dignidad del viento
O de un gran señor en las viñas de Baal,
Ni a cambio de un próspero comercio 
De toneles de vino y bosques de olor,
Lograré entender, Señor, 
Que en la lengua de John Donne,
En la misma de tu hijo William Blake, 
Se sigan ordenando las matanzas.

(Poema inédito)

 

 

http://www.revistaenie.clarin.com/notas/2009/05/21/_-01923303.htm

 

sábado, 16 de mayo de 2009

Cuentos con curvas

Por: Ricardo González Vigil



 NOTABLE. Alfredo Bryce ha vuelto a la narración breve con una colección de cuentos que no tiene pierde.











Cabría sostener que algunos textos de “La esposa del Rey de las Curvas”, el quinto volumen de cuentos del gran escritor Alfredo Bryce Echenique, no están plenamente logrados porque no clausuran de manera impecable, sin nada que sobre o que falte, una trama, ganando por KO (y no por puntos, conforme hace la novela, género con momentos exultantes y pasajes muertos) la admiración del lector, según la consabida definición del cuento hecha por Julio Cortázar. El golpe final resulta laxo en “La funcionaria lingüista”, “Las manías del primo Rodolfo”, “Peruvian Apollo”, “El limpia y La Locomotora” y hasta en esa joya mayor que es “La chica Pazos” las cinco últimas páginas carecen del vuelo maravilloso (alarde verbal y envolvente intensificación de los detalles y de los puntos de vista de Suspiros, la chica Pazos y los muchachos que los conocen) que alcanza su prosa encantatoria durante veintitrés páginas absolutamente magistrales (las pp. 75-97).

Pero valorar así implica someterse a una concepción del cuento que remite a la teoría y la práctica de Poe y de cuentistas noqueadores que ha elogiado Bryce: Cortázar, Hemingway, Rulfo y, por cierto, Ribeyro. Se impone aclarar que se trata de una concepción contraria al impulso creador que caracteriza a Bryce, amigo de las digresiones y las reiteraciones maniáticas. No le nace narrar en línea recta (la distancia menor entre el principio y el final, sin palabras de más o menos); traza un camino lleno de curvas y desvíos que lo atraen embriagado. En el caso de la novela, Bryce ha defendido su estética, amparándose en reyes de las curvas o digresiones literarias: Sterne (adopta ese apellido para su álter ego en “No me esperen en abril”) y Proust. En un género aparentemente inadecuado, el cuento (debe ser breve, puro nervio) Bryce ha insertado desde “La felicidad ja ja” (1974) su estética digresiva y reiterativa, y la acentuado en este nuevo libro: “nuevamente creo que me estoy yendo por las ramas” (p. 14) y “el arte de contar historias no tiene principio ni final” (p. 143).

El mérito excepcional de todo el libro, sobre todo de esas obras maestras bryceanas tituladas “La chica Pazos”, “¡Y se me larga usted en el acto!”, “En la detestable ciudad de Bolon-i-a” (juega con la fobia que hace defecar al protagonista y el “bolo” fecal en aumentativo) y “La esposa del Rey de las Curvas”, radica en que Bryce postula como modelo al cuentacuentos que “te deleita con su interminable y feliz relato oral” (p. 131). Siguiendo ese modelo, Ricardo Palma forjó la tradición, ajeno a las pautas de Poe, para molestia del paladar rígido de Manuel González Prada y Luis Loayza. Respetemos esa opción.

 

ARGUMENTO

Como el señor autor que es, con temas y personajes obsesivos, con un estilo personalísimo, Bryce interpreta variantes de su universo creador: la nostalgia por la adolescencia y la Lima de esos años, las ilusiones amorosas con sus consiguientes descalabros, los prejuicios sociales y raciales criticados irónicamente, pero con la calidez indulgente de quien es fiel al nexo de la amistad, el arribismo social ridiculizado, el error tonto pero fatal, las manías exageradas y el desengaño ante el discurso revolucionario (otra vez aplicado a Cuba).

 

 

 

TÍTULOLa esposa del Rey de las Curvas.

AUTOR: Alfredo Bryce Echenique

EDITORIAL: PEISA.

 

© Empresa Editora El Comercio. Jr. Miró Quesada #300 Lima 1 – Perú

ALFREDO BRYCE ECHENIQUE. “La esposa del Rey de las Curvas”

La vuelta del rebelde metafísico

Por: Raúl Cachay

EL CAMINO DEL REGRESO. Alfredo Bryce Echenique ha decidido radicar en forma definitiva en Lima.




Que un autor tan querido y admirado por los lectores de toda Hispanoamérica como Alfredo Bryce Echenique publique un nuevo libro de ficción siempre será una buena noticia.Pero, en este caso, el júbilo se multiplica por una serie de razones que nadie debería pasar por alto: en primer lugar, se trata de una nueva colección de cuentos, género en el que Bryce ha dado ya incontables muestras de genuina grandeza literaria, que además llega a las librerías casi 40 años después de la publicación del recordado “Huerto cerrado”, el primer libro del responsable de tantos clásicos de nuestras letras, desde “Un mundo para Julius” hasta “No me esperen en abril”.

Luego, es la mejor manera de reivindicar a una pluma notable, luego de las engorrosas (y tristes, para cualquier amante de la literatura) acusaciones de plagio que se multiplicaran un par de años atrás y que todavía —hay que decirlo— no han sido esclarecidas del todo.

Pero, consideraciones aparte, este excelente “La esposa del Rey de las Curvas”, publicado por la editorial nacional Peisa, nos entrega a un Bryce genuino, que juguetea con el lenguaje con la misma audacia de sus grandes novelas y cuentos, que nos presenta a una colección de personajes memorables y que, a fin de cuentas, ha preparado el terreno para futuras entregas, la más inmediata a una novela de corte autobiográfico que tiene al escritor explorando nuevamente los agridulces laberintos de su propia memoria.

“Estaba nostálgico del género del cuento. Yo empecé con un libro de cuentos, seguí con una novela, y pensé que siempre publicaría de esa manera, alternando la ficción larga con la corta. Pero la proporción se invirtió: los cuentos pasaron a ser menos y las novelas más. Haciendo el balance de mi vida de escritor a esta edad, pensé que faltaba un quinto libro de cuentos. El proceso de este libro ha estado lleno de simbologías: escribí cinco relatos en Barcelona, donde estaba terminando de vivir, y cinco en Lima, donde estoy empezando a vivir. Pero al final quedé muy contento con el libro. Ya ha empezado a generar reacciones entre la crítica aquí, que han sido bastante positivas, y pronto lo publicaré en España con Anagrama”, asegura el escritor desde la novísima (y magnífica) biblioteca de su casa en Miraflores.

“Vivimos en un mundo en el que todos escriben novelas. Pero el cuento es un género todavía más exigente, porque demanda una perfección y tiene una serie de reglas que yo no suelo cumplir, como la brevedad, la concisión, el efecto sorpresa González Vigil ha escrito algo sobre eso, precisamente, en su reseña de El Comercio: trato los cuentos como si no fueran cuentos. Ricardo Palma, para desesperación de González Prada y Luis Loayza —entre los críticos modernos, tampoco respetaba esas reglas. Es que son costumbres, no leyes”.

HABLA, MEMORIA
Bryce por ahora anda desandando los pasos de su propia adolescencia y juventud, mientras realiza las indagaciones pertinentes para lo que será una nueva novela, quizás la más ambiciosa de su producción última. Por ello, viene recorriendo nuevamente los escenarios de su pasado, las casas en las que vivió alguna vez, los antiguos barrios, lo que queda de aquellos paisajes que marcaron sus años formativos.

“Esta investigación no es algo topográfico, porque no soy un escritor realista, como Mario Vargas Llosa, por ejemplo. Esta novela será algo así como un anti “Mundo para Julius”: la historia de una familia en decadencia a lo largo de tres generaciones. Por un lado me ha dado mucha curiosidad volver a ver sitios en los que fui muy feliz, como la casa que tenía mi abuelo en la avenida Salaverry y que luego la compró la logia masónica. Ya estoy haciendo las gestiones para poder entrar, porque los masones suelen tomar muchas precauciones, sobre todo con sus templos, como este. Con este libro quiero reencontrarme con la ciudad, aunque solo quiero ir a los sitios viejos, a Magdalena, San Miguel, los Barrios Altos, lugares donde vivieron parientes míos o solía ir a pasear. Solo quiero saber qué es lo que siento al visitarlos, me da curiosidad volver a ver la Lima que fue, la Lima de mi infancia y adolescencia, hasta que me fui a Europa a los 25 años”, asegura el escritor, quien pronto volverá a España para inaugurar los cursos de verano y dictar conferencias en la Universidad Complutense de Madrid.

 

PALABRAS FINALES

Aunque el motivo de la entrevista fue la reciente publicación de este imprescindible “La esposa del Rey de las Curvas”, resultaba inevitable preguntarle al escritor cuál es su posición actual sobre la andanada de acusaciones de plagio que recibió tiempo atrás: “Mi editor Germán Coronado me dijo que mi respuesta a todo eso tenía que ser literaria. Existe un proceso en curso y quiero que todo llegue a su final. Julio Ortega está organizando un homenaje en la feria del libro de Lima en julio y a fin de año la editorial Alfaguara publicará un volumen de textos y fotos sobre mi vida en el que escribirán muchos escritores del Perú y del exterior que han sentido lo mismo que yo: que cierta prensa manifestó un odio realmente irracional y muchas personas salieron a hablar mal de mí con una inquina tremenda. Han dicho que soy un alcohólico. Un borracho jamás podría tener una obra como la mía. Yo siempre he vivido muy contento y en paz, con razón dicen que no hay nada más aburrido que soportar una buena reputación. Pero todo esto me ha servido casi como un “test” para saber quiénes me quieren”.

 

TÍTULOLa esposa del Rey de las Curvas.
AUTOR; Alfredo Bryce Echenique

EDITORIAL: PEISA

 FERNANDO FUJIMOTO

© Empresa Editora El Comercio. Jr. Miró Quesada #300 Lima 1 – Perú