jueves, 27 de noviembre de 2008

WÁSHINGTON DELGADO

Al maestro poeta, con cariño

EL ESCRITOR JORGE ESLAVA RECOGE TODA LA PRODUCCIÓN DEL DESAPARECIDO POETA DE LA GENERACIÓN DEL 50 POESÍA, CUENTOS, ENSAYOS Y OBRA PERIODÍSTICA COMPONEN VALIOSO LOGRO EDITOR DE LA UNIVERSIDAD DE LIMA"


Por Enrique Planas

Lo recordaron irónico, escéptico, pesimista, extraordinario conversador, desordenado con sus papeles. Fue una ceremonia emotiva y memoriosa la celebrada la noche del martes en el auditorio W de la Universidad de Lima, donde se presentó la obra completa del poeta Wáshington Delgado (Cusco, 1927-Lima, 2003), cuatro tomos reunidos y revisados con devoción y acuciosidad por el escritor y uno de sus más aprovechados alumnos, Jorge Eslava.

Como anotó en la presentación el poeta Carlos López Degregori, dentro de las voces de la Generación del 50, la de Wáshington Delgado va ubicándose en un lugar central. "Su obra discurre por muchos caminos. Es un poeta fundamental, un narrador interesante, un brillante ensayista. Delgado encarna el espíritu humanista de su generación", señala.

También en la mesa de presentadores, Antonio Cisneros evitó mayores disertaciones doctas y prefirió compartir sus recuerdos llenos de anécdotas vividas en común: "La primera vez que vi a Wáshington fue en abril de 1960, en el patio de Letras de la Universidad Católica, en la plaza Francia. El profesor del curso era Jorge Puccinelli (también presente en la mesa) y Wáshington era su asistente de cátedra --comentó--. Y Wáshington nos dictó una clase sobre Vallejo. Parecía una charla más que un curso. Él encarnaba la negación de la imagen acartonada de un académico. Para él no había lectura por obligación, sino por placer. Para él la literatura era un acto hedonista", señaló Cisneros.

A su turno, la también poeta y estudiosa Ana María Gazzolo enfocó su reflexión sobre lo que significa leer ahora al desaparecido escritor. "En la obra de Delgado hallamos una visión ajustada a lo minúsculo, a lo cotidiano, a lo interior, así como a las amplias dimensiones de lo social. Su voz habla en varios tonos: el intimista, el reflexivo, el irónico y el de denuncia. Su obra está enmarcada en una época y enlazada además con una tradición española, culta y popular, de la que provienen formas estróficas, musicalidad, ritmos y motivos de la poesía del Siglo de Oro, del modernismo y de la Generación del 27, además de la incuestionable huella de Vallejo", señaló Gazzolo, para quien Delgado sintetiza las dos vertientes que a mediados del siglo XX parecían contrapuestas: la "poesía pura" y la "poesía social".

Por su parte, el ensayista e investigador Camilo Fernández apuntó cómo la obra de Delgado nos revela también una irónica y a veces pesimista lectura de nuestro pasado histórico. Recordó, además, su faceta de profesor universitario: "Cuando hablaba, no solo había el hedonismo de quien paladea en clases un verso de Pedro Salinas. Había también una suerte de identificación personal. Hablar de literatura significaba para él hacer literatura", añadió.

CUATRO TOMOS

El corazón es fuego

Con estudio preliminar y notas de Jorge Eslava, el volumen reúne toda la poesía: Desde los siete poemarios de "Un mundo dividido" (1970) hasta últimos inéditos del autor.

Monólogo del habitante

Un manojo de cuentos y una enorme producción periodística, entre reseñas, artículos, crónicas y columnas publicados desde 1950.

Oficio y conducta

Dedicado a sus estudios sobre literatura española y peruana (colonial y republicana), incluye sus tesis de bachillerato y doctorado por la UNMSM, entre otros estudios académicos.

Para vivir mañana

Reúne sus ensayos y conferencias. Desde clásicos como Lope de Vega o Cervantes hasta autores como Ciro Alegría o Julio Ramón Ribeyro.

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